Sobre el viaje relámpago del presidente Daniel Noboa y su esposa a Miami, durante el reciente fin de semana, ya se han escrito enciclopedias y tratados en nuestro país, donde se alaba o critica el hecho.
Se ha dicho de todo sobre la vista de Noboa a Mar-a-Lago, el club recreativo y residencia en Miami del actual mandatario estadounidense Donald Trump, en el que el magnate recibe, de manera particular y privada, a personajes y figuras nacionales e internacionales para, fundamentalmente, cerrar acuerdos y lucrativos para sus intereses.
Hoy martes 1 de abril los medios nacionales resaltan el silencio del gobierno por la foto que se ha difundido en donde aparece Trump junto a nuestro presidente y la primera dama, imagen, por cierto, de la cual se ha dicho de todo, como que estaría editada o que refleja la cercanía de nuestro gobierno con el de Estados Unidos.
Otras valoraciones que los medios digitales no se han cansado de difundir señalan un eventual alto costo pagado para ser invitados a Mar-a-Lago, supuestamente con fondos estatales, en una cita calificada como una promo de campaña, ya que no fue un encuentro oficial, tal como lo admitió Anabella Azín, madre del presidente Noboa, en una entrevista.