Una tragedia inesperada se suscitó recientemente en el centro de la ciudad de Catamayo. Una joven comerciante de 25 años de edad, María Yaguana, perdió la vida de manera repentina cuando una estructura de cemento colapsó y le cayó encima.
Yaguana se dedicaba a la venta de helados en un local céntrico, cuya visera de cemento cedió y cayó sobre su humanidad, causándole severas heridas que, luego, propiciaron fu fallecimiento.
Este fatal accidente urbano se convierte en una especie de alerta temprana para que las autoridades municipales fiscalicen con mayor atención el estado de aquellas propiedades de la ciudad que, por su antigüedad, puedan convertirse en un riesgo que podría ser evitado con la colaboración de los propietarios.