Múltiples países del mundo, particularmente en partes de Europa y, también, en unas pocas de Latinoamérica, celebran una fecha complementaria dentro del calendario conmemorativo diseñado por la tradicional cristiana relativa al nacimiento de Jesús. Ese festejo es el Día de Reyes, el cual, popularmente, se ha hecho coincidir con cada 6 de enero y cuya base es el relato del Nuevo Testamento donde se cuenta la llegada a Judea de tres poderosos magos que, procedentes de Oriente, siguieron una estrella para presenciar el nacimiento del nuevo “rey de los judíos”, a quien le llevaron regalos muy especiales.
La narrativa bíblica, cuya veracidad histórica ha sido casi imposible de verificar, tanto por su eventual fecha de coincidencia con el calendario como por la efectiva presencia de los ‘Reyes Magos’ en el portal de Belén, en el inicio de nuestra era, hoy no le quita mérito a un festejo popular que se ha asentado durante las últimas décadas en nuestro país y, también, en la provincia de Loja.
Por lógica, los regalos son parte importante de esta fecha religiosa, pero no es lo único que cuenta como parte de su alegoría. Las delicias dulces, en particular la popular ‘Rosca de Reyes’, complementan el particular y simbólico significado de esta celebración, misma que ha sido entendida por los panificadores y emprendedores lojanos que, año tras año, le suman detalles de sabores e ingredientes a este tradicional producto de la confitería internacional.